Mientras permanecemos como enredados en las percepciones que nos ofrece el ojo, y nuestro poder de representación
intuitivo pronto se agota, y continuando por este camino hay
pronto encontramos al artista envuelto en una oscuridad insuperable
siente en sí mismo la facultad de desarrollar cada vez mejores medios expresivos
aquellos procesos indeterminados y generales son determinados y comprensibles
que conduce a nuestra percepción general de un mundo
visible. La verdadera actividad del artista comienza precisamente
en el punto en que nosotros, a pesar de toda nuestra buena voluntad y
a pesar de toda la concentración de las fuerzas de nuestra conciencia,
nos vemos obligados a parar impotentes sin poder dar un paso
más allá de. […] Las manipulaciones del artista, desde las más sencillas y
originarios de los más complicados, no ocultan ningún significado
superior además de continuar lo que el ojo ha comenzado. […]
¿Qué son las percepciones o representaciones visuales en comparación
al desarrollo que encuentran en la actividad figurativa? un confuso
tartamudeo, en comparación con la capacidad de hablar con fluidez.
El artista tendrá exacta conciencia de que el más alto grado de desarrollo de la
su vida artística y espiritual comienza en el preciso momento en que el
empujado a la actividad representativa pone los órganos en movimiento
partes externas de su cuerpo, cuando la actividad de la mano
toma el relevo del ojo y el cerebro. Solo entonces hace
lugares en el camino que lo conducirá de una condición de oscuridad e
limitación a una libertad y una claridad cada vez mayores.
-CONRAD FIEDLER
[Sobre el origen de la actividad artística, cit., pp. 116-117.]

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